Continuando en la línea de la anterior entrada, paso a detallar ahora los factores inter-personales que intervienen en el procesoE/A
INTERACCIÓN MAESTRO ALUMNO.
EXPECTATIVAS
DEL MAESTRO:
Los maestros mantienen unas expectativas con respecto
a sus alumnos que pasan por tres en tres fases, las cuales mencionamos a
continuación:
En una primera fase, los maestros tienen una
perspectiva de futuro basándose en informaciones previas y en el primer
contacto con los alumnos, en otras palabras, se basan en su primera impresión.
En una segunda fase, los maestros crean expectativas
de cómo aprenderán, que rendimiento tendrán, siendo esta situación un
condicionante para la
retroalimentación de cada uno de los niños con el maestro. Dentro de esta
segunda fase podemos distinguir tres situaciones:
- Actitud de
apego: de los alumnos que no exigen demasiado a los
maestros dando señales de buen comportamiento y con un rendimiento bueno en las
tareas que el maestro demanda.
- Actitud de
indiferencia: hacia los niños que no responden a las expectativas del
maestro, niños inquietos y molestos para el propio maestro por la actitud que
tienen de plantarse preguntas.
- Actitud de
preocupación: hacia los niños que no rinden demasiado pero que presentan un
alto grado de esfuerzo, los que tienen ganas de trabajar.
- Actitud de
rechazo: hacia los alumnos que rinden poco, que exigen demasiado y que son
concebidos como hostiles.
En una tercera fase, la mayoría de los alumnos
reaccionan delante de tratamientos educativos de forma diferente. La mayoría de
los niños suelen adaptarse a las expectativas que el maestro tiene sobre ellos.
CONTEXTO ESCOLAR:
Cuando nos referimos al
contexto escolar, nos estamos refiriendo a todos los aspectos a tener en cuenta
tanto directamente como indirectamente que afectan a los alumnos. En este punto
podemos destacar la teoría de los sistemas ecológicos, basada en la noción de
que para comprender completamente el desarrollo debemos tener en cuenta la
forma en que las características únicas de un niño interactúan con los entornos
de ese niño. El entorno es considerado como una serie de estratos
interrelacionados, de los cuales lo más cercanos al niño tienen un impacto más
directo y los más alejados influyen en el niño más indirectamente.
Bronfenbrenner postula
que el niño cuanto más relacionados tenga todos los elementos que le rodean, en
nuestro caso, con el contexto escolar, mayor potencial de aprendizaje tendrá.
En este modelo ecológico el niño se encuentra en el centro y a partir de este
punto se van realizando todo tipo de conexiones. Dicho modelo encierra una
serie de estructuras ambientales que conectan diferentes niveles relacionados
con el ser humano y donde éste se relaciona y convive tanto directamente como
indirectamente. Los niveles a los que nos referimos son los siguientes:
microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema. El microsistema es el
nivel más cercano al sujeto, e incluye los comportamientos, roles, y relaciones
característicos de los contextos cotidianos en el que participa, como pueden
ser la familia, los amigos, la escuela… El mesosistema comprende las
interrelaciones que se producen entre dos o más microsistemas, como la relación
que se establece entre la familia y la escuela. El exositema entiende aquellos
factores que no intervienen directamente en el sujeto, pero que si repercuten
en su entorno más próximo, como por ejemplo el trabajo de los padres. Por
último, el macrosistema engloba la sociedad, la cultura y el momento histórico
en que nos encontramos.
Una de las principales
funciones de la escuela es la planificación de un conjunto de acciones
intencionadas para la progresiva ampliación de los entornos que se ofrecen o se
ponen al alcance de los niños y niñas.
(Os enlazo con mi blog de primero , pues como podréis ver dediqué una entrada al rol de maestro y recordarla en estos momento me parece interesante)
Todo maestro, al igual
que cualquier persona, está definido por su propia personalidad. Según Secadas
hay una serie de características que definen a los maestros, situándoles entre
dos extremos o polos:
El
maestro afectivo y emocional: que
expresa comprensión, con una alta capacitación de empatía para conectar con los
alumnos y que trabaja las emociones de sus alumnos.
El
maestro intelectual y directivo: que presentan
una eficacia alta en los recursos didácticos, siendo coherente en todos los
aprendizajes al mismo tiempo que trabaja (previa preparación) todos los
contenidos escolares.
Aunque podemos observar
estos dos tipos de personalidad, normalmente los maestros presentan
características de ambos polos, pero según Secadas, dependiendo del número de
cantidad de características que tengan dichos maestros se situarán en un polo u
otro.
o el autogobierno, trabajando los aspectos
individuales sin hacer agravios comparativos.
Los estudios realizados
con estos roles en los maestros dentro de los grupos de los niños y niñas
seleccionados, derivaron a diferentes reacciones en los niños y en diferentes
grados de agresividad entre los propios niños.
LA EFICACIA DEL DOCENTE.
Hasta hace poco, la
enseñanza tenía como eje principal al maestro, su obligación se limitaba a explicar los diferentes contenidos con poca responsabilidad en el
aprendizaje de los niños. Si éstos aprendían, el docente era eficaz, por el
contrario, si los alumnos no progresaban, la responsabilidad recaía en los
pequeños. Este enfoque hoy está totalmente descontextualizado y ya se asume que
la enseñanza tiene su razón de ser, no porque exista un maestro, sino porque
hay alguien a quien enseñar algo y éste es el objetivo de la acción pedagógica.
Por este motivo, la personalidad y los roles del profesor analizados
en otros puntos anteriores, son tan importantes a la hora de enseñar, pero
sin olvidar la eficacia de su
trabajo. Entendemos como eficacia la cualidad de proveer al máximo las
oportunidades de aprendizaje a los alumnos. Aunque dada la amplitud del
término, y las investigaciones al respecto, hemos intentado hacer una selección
de las características que pensamos que debe tener un maestro eficaz:
Partir de los intereses de los alumnos:
capacidad de los educadores para consignar y dar cauce a cada una de las necesidades de los pequeños.
Los profesores utilizan diferentes recursos renunciando a la rutina de hacer
siempre lo mismo, innovando en sus prácticas educativas.
Trabaja con las familias: implicar a los
padres a que participen en la vida escolar y ayuden a sus hijos en las tareas.
Desarrollo personal y social del alumno:
revestir el aula y cuidar los condicionantes de la misma con la finalidad de
promover la seguridad emocional de todo el grupo.
Reflexión docente: registrar las prácticas
del aula a través de diarios, notas etc… para así poder analizar
críticamente todos los elementos
que han participado en dicha práctica.
Conocer todos los estilos de aprendizaje de
los niños: tener la capacidad de valorar todos los procesos de aprendizaje
sin imponer el suyo.
Es un buen planificador: planifica sus
programaciones de manera coherente.
Formación permanente: un maestro eficaz
nunca debe dejar de reciclarse,
puesto que esto le ayudará a saber dónde debe situarse con respecto a la ZDP de cada niño.
En definitiva, ser
maestro es la profesión más completa para aquel que ejerce su carrera
con dedicación, vocación, amor y entrega. Un papel de vocación, servicio y
sabiduría, fluye conocimiento y despierta el interés de cada estudiante en la
construcción de su vida.
ESTILOS DE ENSEÑANZA DEL MAESTRO
Nos encontramos con diferentes investigaciones
que nos dan informaciones sobre si los tipos de estilos de enseñanza del
maestro repercuten o no dentro de la calidad de la enseñanza.
Se destacan tres investigaciones que a continuación
detallamos:
Los estudios de Flanders: se
trataban de cuestionarios que analizaban las relaciones entre los maestros y
sus alumnos y Confirmando la hipótesis de cuando el profesor favorece la
consideración de los alumnos y crea un buen clima de aula, los resultados de
estos alumnos aumentaban considerablemente (como gestionaba los silencios, como
daba las instrucciones...etc.)
Los estudios de Bennet: cuestionarios basados en qué tipo de estilo ejercían los profesores. Como
resultado salieron 12 estilos que iban desde los más progresistas hasta los más
tradicionales. Por un lado el bloc formado por los más progresistas se centraron en trabajar la motivación
intrínseca, sin preocuparse principalmente por el control de la clase,
trabajando en grupos flexibles y donde el alumno ejercía un papel importante en
cuanto a sus decisiones. Por otro lado, los más tradicionales trabajaban más la
motivación extrínseca potenciando el trabajo individual y con una excesiva
preocupación del control y el rendimiento del grupo aula.
Los estudios de Rosenshine y Setevens: centrados en el comportamiento instructivo del
maestro y en la correlación que existía sobre el rendimiento de los alumnos.
Detectaron seis estrategias:
o
La forma de presentación de los nuevos contenidos y habilidades.
o
La práctica supervisada del alumno por parte del alumno: mediante la
orientación, comprobación y comprensión del maestro hacia la tarea que está
haciendo el alumno.
o
La revisión del trabajo asignado. Resaltando la importancia que tiene que
las tareas sean revisadas para obtener una retroalimentación por parte del
alumno.
o
La retroalimentación a partir de las correcciones.
o
La práctica independiente del alumno para tener un mayor nivel de
autocontrol.
o
Las revisiones globales, con el objetivo de afianzar los contenidos
aprendidos.
INTERACIÓN ALUMNO-ALUMNO.
INTERACIÓN
ALUMNO-ALUMNO.
La relación
de los alumnos puede incidir en los hecho siguientes:
1- PROCESO
DE SOCIALIZACIÓN:
TRADICIONALMENTE, psicólogos y pedagogos han
considerado la interacción profesor-alumno como la más decisiva para el
logro de los objetivos educativos, tanto de los que se refieren al aprendizaje
de contenidos como de los que conciernen el desarrollo cognitivo y social. De
acuerdo con Johnson (1981a), el énfasis casi exclusivo en la interacción
profesor-alumno responde, al menos en parte, a la idea de que las relaciones
que se establecen entre los alumnos en el transcurso de las actividades de
aprendizaje tienen una influencia secundaria, cuando no indeseable o molesta,
sobre el rendimiento escolar
Sin embargo, disponemos en la actualidad de
pruebas suficientes que permiten afirmar sin vacilaciones que la interacción
entre los alumnos no puede ni debe ser considerada un factor despreciable; por
el contrario, todo parece indicar que juega un papel de primer orden en la
consecución de las metas educativas
Diversas
investigaciones señalan que los iguales conforman el medio ambiente que causa más
impacto en el alumno ya que este tipo de interacción es mucho más frecuente,
intensa y variada. Así mediante la simulación de los roles sociales en los
juegos, los niños tienen la oportunidad de elaborar pautas de comportamiento
comunicativo, agresivo, defensivo y cooperativo que serán esenciales para su
vida adulta. Mediante la imitación se aprenden habilidades y comportamientos
que se han de exibir en un ambiente determinado.
2- ADQUISICIÓN
DE COMPETENCIAS SOCIALES:
La interacción
constructiva favorece e incrementa la adquisición de habilidades sociales. Se
comprovó en niños con una gran introversión que con niños de su edad habían incrementado con un gran
porcentaje las interacciones sociales, además aceptaban los consejos y
proporcionaban más ayuda a los otros.
En las
relaciones entre iguales el niño aprende mucho sobre sí mismo, sobre su propia
identidad, y se forma una idea sobre su valor llegando a conocer su propia competencia
al relacionarse con los demás y al compararse con ellos. Los niños así, juzgan
su capacidad al comparar sus resultados con los que obtienen los demás compañeros
y en definitiva se forma su autoconcepto.
En el juego
simbólico de roles, los niños representan las relaciones sociales entre adultos
y aprenden así a conocer su mundo social, un contexto que es crucial tanto para
la individualización como para la socialización.
Citaremos
algunos de los aspectos del conocimiento social y las conductas que se han de
poner en práctica para relacionarse con los demás:.
-Reciprocidad.
En las relaciones entre iguales se aprecia una reciprocidad entre lo que se da
y lo que se recibe
-Empatía
y habilidades de adopción de roles y perspectivas. Es la habilidad para
percibir y ver una situación desde la perspectiva del otro; es la habilidad
parara ponerse en el lugar del otro.
-Intercambio
en el control de la relación; unas veces dirijo yo y otras el niño. Se aprende
a dirigir a otros, pero también a seguir directrices de otros.
-Colaboración
y cooperación, lo que supone trabajar junto a otro/s niño/s, facilitando la
tarea común y haciendo que resulte agradable para ambos.
-Estrategias
sociales de negociación y de acuerdos
-Autocontrol
y autorregulación de la propia conducta en función del feedback que se recibe
de los otros. Los iguales actúan como agentes de control reforzando o
castigando determinadas conductas. Los compañeros representan un contexto
intermedio entre las interacciones sociales externas adulto-niño y lenguaje
interno individual del niño. Un aspecto importantísimo es el papel que los
iguales tienen en la socialización de la agresividad.
-Apoyo
emocional y fuente de disfrute. En la relación con los iguales se encuentra
afecto, intimidad, alianza ayuda, apoyo, compañía, aumento del valor, sentido
de inclusión, sentimientos de pertenencia, aceptación, solicitud y muchas otras
cosas que hacen que el/la niño/a tengan sentimientos de bienestar y se
encuentra a gusto.
Otros
aspectos importantes en las relaciones con los coetáneos son el aprendizaje del
rol sexual y el desarrollo moral y aprendizaje de valores.
3-CONTROL DE
IMPULSOS AGRESIVOS:
Como venimos diciendo, las experiencias que tiene el niño con sus iguales,
desde la edad de 2 ó 5 anos, en adelante, hasta la adolescencia no solo le
ayudan en los aspectos sociales de su desarrollo sino que además son elementos
necesarios para el proceso mediante el cual se descubre a si mismo como
individuo por derecho propio. Por lo tanto la vida del niño con sus iguales
tiene importancia desde un punto de vista afectivo y desde el punto de vista
del desarrollo de su concepto de si mismo. En su desarrollo la asociación con
sus coetáneos, el hecho de compartir con ellos ideas que no comparten en su
casa, de tomar decisiones y de intervenir en actividades en las que él y sus
iguales no tienen que dar cuenta a los adultos, constituyen elementos
importantes del proceso mediante el cual aprende a valerse por si mismo. Para
aprender a vivir socialmente con sus compañeros, el niño debe tener la
oportunidad de asociarse con otros niños.
Con la
interacción los niños aprenden a controlar los impulsos agresivos en el
contexto de las relaciones entre iguales porque se establecen mecanismos
reguladores para controlar dicho comportamiento agresivo.
Los sistemas de ayuda entre iguales y de mediación
entre pares abogan por una implicación directa en la solución de los conflictos
por parte del alumnado involucrado en el conflicto. Esto sólo se puede llevar a
cabo si la escuela está interesada en formar a su alumnado en la filosofía y
las estrategias de la negociación de los conflictos, en donde subyacen los
valores democráticos de participación activa del alumnado y de
corresponsabilidad de todos los miembros de la comunidad educativa.
4-RELATIVIZACIÓN
DE LOS DIFERENTES PUNTOS DE VISTA:
Este es un
elemento esencial del desarrollo cognitivo que se relaciona con la capacidad de
presentar adqcuadamente la información, la solución constructiva de conflicos,
la cooperación, el juicio moral autónomo, es decir el salir del egocentrismo,
nos llevará a aceptar y ponernos en el punto de vista de los demás, lo cuál nos
permitirá una mayor competencia social.
En la medida en que a lo largo de la edad
preescolar y escolar se producen cambios personales y contextuales, surgen
nuevos objetivos, cambian las situaciones que elicitan emociones y la expresión
de las mismas, y se producen importantes progresos en la comprensión y regulación
emocional y en la respuesta empática.
A partir de este momento la interacción con los
iguales adquiere una gran relevancia como contexto relacional, y podemos
esperar una interna influencia entre el desarrollo emocional y las relaciones
con los compañeros. Son numerosos los trabajos sobre la importancia de la empatía,
la comprensión y la regulación emocional en la competencia social, la
prosocialidad y el estatus sociométrico entre iguales; sin embargo, a excepción
de los trabajos sobre la cólera y regulación, no existe suficiente documentación
sobre el papel de los compañeros en el desarrollo emocional.
En la edad preescolar las situaciones que
provocan cólera son los conflictos, de posesión y espacio, con los iguales. En
escolares la cólera es generada en mayor medida por problemas de dominancia y
rechazo social y disminuye la agresión física, para aumentar la incidencia de
la agresión verbal como amenazas, burlas...
Pero por otra parte la interacción entre iguales
exige la inhibición o retraso de la acción y la regulación del afecto positivo
y negativo. Harris (1989) sugiere que los iguales son aún más eficaces en el
desarrollo de la regulación emocional que los adultos. La cultura de los pares
que requiere para ser aceptado un control de los niveles emocionales y los niños
se encargan de hacerlo saber, rechazando al que no lo hace
5-INCREMENTO
DE LAS ASPIRACIONES Y RENDIMIENTO ACADÉMICO:
Alexander i
Cambell investigaron sobre el hecho de que si los amigos tienen motivaciones
hacia las mismas tareas , tendemos a seguir sus pasos.
Para conseguir un buen ambiente de trabajo y
cognición surgen estas estrategias que, pudiendo ser utilizadas en cualquier
curso o nivel académico y aplicarse a la totalidad de las asignaturas de los
currículos escolares, presentan dos características comunes:
En primer lugar, plantean la división del
grupo amplio del aula
en pequeños equipos de trabajo que presenten el suficiente nivel de
heterogeneidad como para poder ser representativos de la población total del
aula en cuanto a los distintos niveles de rendimiento, sexo, etnia y
personalidad.
En segundo lugar, intentan llevar a los miembros
que componen estos equipos a mantener una interdependencia
positiva mediante la
aplicación de determinados principios de recompensa grupal y/o mediante una determinada estructuración
de la tarea que debe realizarse para conseguir los objetivos propuestos
(individuales y/o grupales).
El primer y
más importante agente socializador de los más pequeños, es la familia. Institución que con el paso de tiempo
ha ido sufriendo una serie de modificaciones, tanto en su estructura como en
sus funciones. Estos cambios que se han ido generando, ocasionados por una
serie de factores producidos a lo largo de la historia, han repercutido
decisivamente no solo en sus funciones, sino también sobre otros agentes
decisivos, como puede ser la escuela.
Los centros
educativos, fueron creados para favorecer el desarrollo de los niños/as y
servir de apoyo y ayuda a las familias en su gran cometido, educar a sus hijos.
Por ende, ambos agentes educativos, tienen en común y en sus manos un mismo
objetivo, educar y formar ciudadanos.
No
obstante, si retrocedemos en el tiempo, podemos ver que la familia parecía
tener una función clara, siendo la
encargada de educar a sus hijos, y la escuela de transmitir conocimientos. Entre ambas, con misiones bien diferenciadas,
procuraban formar personas acorde a las características de la sociedad en la
que se vivía.
Gracias a
los cambios que hemos sufrido con el paso de los años, nos hemos podido
percatar de que tanto la escuela como la familia deben entenderse como dos
contextos que, a pesar de ser distintos se asemejan entre sí, ya que ambos
tienen el mismo cometido, dar respuesta a las necesidades de los sujetos.
Ante esta
situación, se hace cada vez más notorio la necesidad de implicar a las familias
en la vida de los centros educativos, pero no únicamente porque la escuela se
vea incapacitada para dar respuestas a las demandas que exige la sociedad, sino
porque no podemos olvidarnos de las responsabilidades que las familias ejercen
sobre sus hijos y por lo tanto, no podemos obviar que ambos contextos
desempeñen su función de forma aislada.
Es importante
hacer consciente al profesorado y a las familias, que si se da un trabajo
colaborativo entre ambas, se está repercutiendo directamente en el desarrollo
positivo de la personalidad de los niños, pero también de todos aquellos
involucrados en el proceso educativo.
El papel
que ambos agentes deben desempeñar no es fácil de delimitar, pero es evidente
que dentro de la escuela, es la labor de los padres la que parece ser más
complicada de determinar y especificar.
Nos
gustaría remarcar, que aunque se lleguen a especificar los roles, es
indispensable que el profesorado sea consciente que son ellos, quienes deben
facilitar e invitar a la participación de las familias en la vida del centro.
La
participación citada, implica a su vez que las familias sean las protagonistas
de la organización del día a día de sus hijos, sean partícipes de los
aprendizajes que van adquiriendo, de colaborar dentro y fuera de la escuela… en
definitiva, construir entre todos un ambiente más relajado y de confianza para
los niños.
Teniendo en
cuenta que del maestro depende que las familias se involucren en las actividades escolares,
ofreceremos una serie de pautas que ayudarán en la media de lo posible este
acercamiento:
Para que la relación familia-escuela sea efectiva, se debe buscar
canales de comunicación que faciliten la cooperación y la colaboración. Es
importante disminuir el recelo hacia la intromisión de ambos papeles a
desempeñar, tanto por parte de las familias como por parte de los profesores.
Los maestros deben mantener actitud abierta, cercana y colaborativa, de
igual modo la actitud de los padres deben seguir los mismos cauces.
Los padres deben estimular la independencia de sus hijos y estar en
vigilancia continua de cómo estos utilizan positivamente su libertad.
Para que estudiar y aprender se convierta en una parte natural de la
vida familiar, es necesario que éstos fijen un tiempo diario de estudios para
los niños, ya que así aprenderán que estudiar es algo valorado en familia.
Deberemos poner en práctica una escuela abierta, dado que de esta manera
las familias se sentirán integradas.
La escuela debe compartir con la familia la labor de educar, completando
y ampliando sus experiencias formativas. Conseguir que la educación sea eficaz
depende totalmente de una unidad de criterios educativos en casa y en la
escuela.
Es importante que ambas instituciones establezcan lazos afectivos para
que los pequeños sientan que los
adultos que le rodean mantienen contactos positivos entre ellos.
Instruir a las familias sobre materias escolares y comunicar los logros
de niños y niñas.
Invitar a los padres y madres a asistir a la escuela y a participar en
las actividades en el aula.
Hacer partícipes a las familias en la toma de decisiones sobre temas que
conciernen a sus hijos, a diferentes niveles en la escuela.
No debemos mostrar a las familias que el profesorado tiene todo el poder
institucional, ya que tenemos que evitar por todos los medios que se sientan
inferiores.
Usaremos estrategias de educación para los padres (talleres, reuniones,
conferencias…) como oportunidades de compartir información.
En definitiva, los niños rinden más en el ámbito escolar cuando los
padres les proporcionan límites predecibles para sus vidas, estimulan un uso
productivo del tiempo, y propician experiencias de aprendizaje como algo
habitual en la vida familiar.
REFLEXIONES
“Mejor
están dos que uno solo, porque logran mayor fruto de su trabajo. Si caen, el
uno levanta al otro; pero ¡ay del solo cuando cae! No tendrá quien lo levante.
Si dos duermen juntos, se calientan mutuamente; pero uno solo, ¿cómo se
calentará? Si alguien avasalla a uno de ellos, los dos le hacen frente: la
cuerda de tres cabos tarda en romperse.”Eclesiastés 4: 9-12
La
cooperación es un esfuerzo humano que influye sobre muchos resultados
educativos diferentes al mismo tiempo. En los últimos noventa años, los
investigadores se han ocupado de cuestiones tan diversas como el logro, el
razonamiento superior, la retención, la motivación para el logro, la motivación
intrínseca, la transferencia del aprendizaje, la atracción interpersonal, el
apoyo social, las amistades, los prejuicios, las diferencias de valoración, la
autoestima, las competencias sociales, la salud psicológica y el razonamiento
moral, entre muchas otras. Todo esto puede resumirse en tres grandes categorías
(Johnson y Johnson, 1989): el esfuerzo para el logro, las relaciones
interpersonales positivas y la salud psicológica
El
solo hecho de juntar a los alumnos y permitir su interacción no significa que
el aprendizaje aumentará, que se producirán relaciones de alta calidad entre
pares o que mejorará la adaptación psicológica, la autoestima y la competencia.
Los alumnos pueden facilitar u obstruir el aprendizaje de los demás o pueden
ignorar por completo a sus propios compañeros. La forma en que interactúen
dependerá de la manera en que los docentes estructuren la interdependencia en
cada situación de aprendizaje.
La
interdependencia positiva hace que los alumnos se preocupen por estimular el
aprendizaje y el logro de sus compañeros. La interacción promotora puede
definirse como el estímulo y la facilitación de los esfuerzos de otro para
alcanzar el logro, realizar tareas y producir en pro de los objetivos del
grupo. Aunque la interdependencia positiva por sí misma puede tener cierto
efecto sobre los resultados, lo que influye con más fuerza sobre los esfuerzos
para el logro, las re1aciones afectuosas y comprometidas, la adaptación psicológica
y la competencia social es la interacción promotora cara a cara entre las
personas, favorecida por la interdependencia positiva. Los alumnos se preocupan
tanto por aumentar sus propios logros como por los de sus compañeros. La
interacción promotora se caracteriza por (Johnson y Johnson, 1989):
1.
Brindar al otro ayuda efectiva y eficaz.
2.
Intercambiar los recursos necesarios, tales como la información y los
materiales, y procesar la
información
con mayor eficacia.
3.
Proporcionar al otro realimentación para que pueda mejorar el futuro desempeño
de sus
actividades
y sus responsabilidades.
4. Desafiar las conclusiones del otro y
razonar para favorecer una toma de decisiones de mayor
calidad
y una mayor comprensión de los problemas.
5.
Promover el esfuerzo para alcanzar objetivos mutuos.
6.
Influir en los esfuerzos del otro para alcanzar objetivos grupales.
7. Actuar de maneras confiadas y
confiables.
8.
Estar motivado para esforzarse por el beneficio mutuo.
9.
Tener un nivel de excitación moderado, caracterizado por un bajo nivel de
ansiedad y estrés.
La
interdependencia negativa suele hacer que los alumnos se opongan al éxito del
otro. La interacción de oposición tiene lugar cuando los alumnos desalientan y
obstruyen los esfuerzos de los demás. Los alumnos se ocupan tanto de aumentar
sus propios logros como de evitar que sus compañeros tengan un mejor desempeño
que ellos mismos. Cuando los alumnos trabajan independientemente, sin
intercambio con otros, no hay interacción alguna: cada uno se ocupa de sus
propios logros e ignora los esfuerzos ajenos, por considerarlos irrelevantes.
Para
finalizar, me gustaría acabar con la siguiente cita:
“La
productividad aumenta cuando las personas se brindan ayuda” (véase Johnson y Johnson, 1989).
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